viernes, 31 de mayo de 2013

Lo que vemos y lo que ven

Os dejo un vídeo que me ha gustado mucho, sobre un experimento que trata de la percepción que tenemos de nosotr@s mismos, y la percepción que tienen los demás acerca de nosotr@s. Es realmente curioso.

Al parecer, las personas que participaban en principio no sabían que las iban a retratar, aunque luego lo intuyeran. El requisito que les pedían es que, antes de entrar, se fijaran y charlaran con la persona que salía de su turno. De este modo, podrían contar cosas sobre ella. Y a su vez, tenían que contar cosas sobre sí mismas.  El dibujante, no veía a las personas hasta que finalmente les mostraba ambos retratos que había hecho.

Me gusta que se haya hecho con hombres y con mujeres. (Aunque creo que luego la marca "Dove" lo ha  usado para fomentar su campaña de "belleza real" que protagonizan en su mayoría mujeres...).
También me parece enternecedor, cuando se emocionan al ver las diferencias... Y es que han dado con gente humilde. (Hay otras personas egocéntricas que superan el amor propio y se describirían como auténticas pop-stars).

Si nos preguntaran ¿cómo somos? es probable que lo primero que dijéramos son cosas negativas que creemos que tenemos. Incluso puede que esas mismas cosas, otra persona las diga de nosotros, pero no como algo negativo. Y también es cierto, que pueden apreciar pequeños gestos, que desde nuestra visión interna no apreciemos, o demos por hecho como algo no importante, común, vanal...

La mayoría de las veces, tenemos más cosas buenas de las que nos pensamos (hablando en un sentido no físico, que en eso también ocurre lo mismo). O somos más "bellos" de lo que creemos. (ésta vez, incluso físicamente).

"Por mi cara bonita"

Viviendo en sociedad, es complicado que no nos afecte lo que piensan los demás de nosotr@s. Hay determinadas circunstancias en las que sí, o épocas, según nos encontremos de autoestima, o de lo pasotas que estemos... Personalmente, soy partidaria de que cada uno sea él/ella mismo/a, y no dejarse influenciar demasiado por lo que opinen los demás.

Andaba yo estas semanas en mis cosas, alejada y despreocupada de la sociedad, cuando, en varios encuentros y visitas que he tenido estos días, tod@s las personas que he visto me han comentado una misma cosa común: al parecer, salgo muy mal o muy fea en la foto de mi perfil de whatsapp. :O No os la pongo, precisamente, para que os la imaginéis. ;)
Yo que estaba despreocupada de llamar ningún tipo de atención, al parecer, es muy chocante. ( Y otro hecho, es, ¡¡que he descubierto la gente que mira mi perfil!! jeje) 

Os contaré de qué se trata la foto. Es un recorte de una foto en la que salgo con una buena compañera, amiga, en un descanso de un evento en el que participamos, riéndonos mucho. A ella no se la ve nada, porque la tapa todo el pelo, y yo salgo en un rinconcito de perfil. Habíamos madrugado mucho, y ambas llevábamos gafas de sol. No recuerdo de qué nos reíamos, seguro que de cualquier tontería, pero pienso en ese instante como uno de esos momentos en los que te ríes con ganas, algo muy sano y que realmente te sienta bien. Me gustó tanto ver la plenitud de "alegría" en mi cara, que la recorté y la puse. 

La traducción de lo que han visto las personas que me lo han comentado, es que como salgo de perfil, se me ve una nariz muy grande y la barbilla picuda. Como salgo riendo, se me marcan exageradamente las arrugas, y se me ve todo el aparato dental... Por eso, también les parezco más vieja... "Con la de fotos que tienes, ¿¿cómo te pones esa??"

Y yo me pregunto... ¿de veras? ¿En serio? No puede ser...¡¡Pero si me encanta esa foto!! Así que, por mucho que me digan, de momento, no la pienso cambiar. De hecho, esto me hace reflexionar sobre las caras que tenemos en algunos de los momentos más felices, emocionantes o intensos de nuestras vidas...

Por ejemplo, cuando una mujer da a luz a su hijo/a, está haciendo mucha fuerza, sufriendo dolores, gritando, ... y al terminar está cansada, sudada,... Por no decir la cara que tienen los bebés nada más salir, tan arrugadita... Y sin embargo, es un momento precioso.

Otro momento, cuando dos personas se funden en un acto sexual, gritan y gimen de placer, terminan también exhaustos, sudados,... muchos gestos que no podrían definir exactamente lo "positivo" que están sintiendo.  

Algo menos "agradable", pero igualmente cierto: Momento de "hacer de vientre", como dirían las abuelas. O cuando necesitas ir a orinar urgente urgente. No me digáis que no se queda un@ a gusto... y no por eso nos acompaña siempre una cara de alegría al terminar, sino de descanso, de alivio. 

La adrenalina que se suelta al hacer puenting, ese grito de emoción, descarga de tensión, ... "¡¡¡Aaaaaaaahhhh!!!" (Pues menudo negocio tienen por ejemplo en los parques de atracciones, ya véis lo guap@s que salimos cuando nos echan la fotito en la montaña rusa...)

Resumiendo... que en muchos momentos donde nos sentimos plenos, vivimos experiencias inolvidables, emocionantes, o instantes en los que somos felices, y queremos recordar, puede que no tengamos una cara de modelos donde salgamos guapísimos/as, pero eso no es lo importante. ¡Pues no habrá fotos donde tengamos unas pintas increíbles, y sean de nuestros mejores recuerdos...!

Y aparte de eso, por viej@, narigud@, arrugad@, etc. que seamos, o que nos volvamos, o lo que nos digan, cada uno aprendemos a aceptarnos a nosotr@s  mism@s como somos. Y así, con todas, somos felices. Y quien no le guste... ¡¡ que no mire nuestro perfil de whatsapp o de facebook!! jejeje. 

jueves, 23 de mayo de 2013

Supersticiones, gafes o Ley de Murphy

Llevas una hora arreglándote, y justo cuando sales de casa, te cae una caca de pájaro en tu traje...
Sales de la peluquería, y justo empieza a chispear...
Ves que hay perros en la otra orilla de la carretera, y justo cuando vas a pasar tú, se cruzan...
Lavas el coche, y ese mismo día llueve...


Son cosas que nos pueden pasar a cualquiera, incluso algun@s estamos ya muy acostumbrados, y es conocido por nuestr@s amig@s y familiares... Reconozco que últimamente me he estado librando de muchas de estas situaciones, muy afortunadamente... 




Hace un par de semanas, por ejemplo, en una localidad ajena en la que iba a pasar unos días, mi móvil (que sería mi único medio de comunicación con el resto de mi familia) cayó justo en una boca de desagüe, y rebotó de una orilla a otra, sorteando las ranuras por las que cabía perfectamente. Mi hermano y yo, los únicos que estábamos presenciando ese momento, conocedores de mi suerte habitual, pensábamos que iba a caer dentro, y no pudimos evitar ese encogimiento de estómago del susto y tensión en cada rebote, mirándonos con complicidad, casi oyendo la tensión de "carros de fuego" con una visión a cámara lenta de cada golpe,...(jajaja exagero un poco... canción carros de fuego) Pero finalmente, se libró por quedarse perpendicular a las rendijas. No podíamos creerlo, jeje.

O...típico día que se te pegan las sábanas, te pones lo que sea de cualquier manera y justo esa mañana te cruzas con todo el mundo que no desearías ver así de despeinad@...
Vas a parar un momento para hacer una gestión, se retrasan y cuando vuelves se te ha pasado el tiempo de la zona azul y te han puesto una multa...
Vas al taller a reparar algo pequeño del coche y le encuentran algo más gordo que te va a hacer desembolsar más de lo que esperabas...
Y justo los dos bolis que llevas para hacer un examen (llevas dos porque uno puede estropearse), ¡no funciona ninguno! (y eso que los dos están llenos de tinta...)


Entonces, piensas ¿me habrá mirado un tuerto? (con todo el respeto a los tuertos, a ver qué culpa tienen ellos...) ¿Habré roto algún espejo? ¿Será por ese gato negro que se me cruzó...? ¿¿Me habré levantado con el pie izquierdo??

¿¿Cómo llamarlo?? Gafe, Ley de Murphy, superstición... Quizá esté mezclando conceptos pero... ¿¿Qué tendrá que ver un tuerto, un gato, un espejo, o un pie??... He encontrado este interesante artículo, que nos habla del origen de las supersticiones, y puesto que son algo que aun sin ciencia cierta, nos pueden ayudar a evitar toda una serie de catastróficas desdichas, cualquiera se arriesga a no "protegerse", por si acaso. Os invito a leerlo. 

Incluso, llevo toda la semana pensando silogísticamente... Si cuando se cruza un gato negro, nos da mala suerte... Si se nos cruzase un gato blanco, ¿sería buena suerte? O, si somos nosotros los que nos cruzamos delante de un gato negro, ¿le damos mala suerte a él? Y, si un gato negro está en una orilla, esperando para cruzar, y cuando nosotros pasamos no cruza... ¿qué pasa, por qué no se atreve? ¿nos está "perdonando" esa mala suerte? ¿O acaso le parecerá a él mismo que cruzarse pueda traerle mala suerte?...



miércoles, 22 de mayo de 2013

Las veces que me acuerdo de tí, las mismas que recuerdo que te tengo que olvidar

Hace casi un par de meses que encontré esta canción, y ya es hora de que la comparta con tod@s vosotr@s.
Se me pegó bastante el ritmillo, pero lo que más me gusta es que tiene una  letra preciosa (simpática, irónica y reflexiva), que entiendo como algo real, cosas que nos ocurren, que sentimos aunque parezcan un poco masoquistas, cuando no nos podemos quitar algo o a alguien de la cabeza, aunque sepamos que deberíamos olvidarnos, ... puede que sea por algo incomprensible para la mente pero que el corazón retiene... o porque nuestro inconsciente es muy cabezón e insiste...
Pero sobretodo sobretodo me gustó cómo han hecho el vídeo, porque  me parece muy interesante e importante, el lenguaje de signos, llegar y llevar los mensajes a cuanta más gente mejor.

Algunas veces uso el subtitulado en televisión, el del teletexto. Normalmente es aceptable, está bien, con colores para distinguir a las distintas personas que hablan, etc. pero más de una vez me ha pasado, que por ejemplo pones "nova" subtitulado, y te salen los subtítulos de "antena 3"... y nada encaja. O el otro día, en de "de buena ley", salían frases muy adelantadas, que aún no se habían dicho, porque, aparte de leer las letras, se pueden leer los labios y  obviamente no encajaba nada... Y luego volvían a repetirse esas mismas frases... Estar viendo "aquí no hay quien viva" con subtítulos de las noticias de otra canal... puf... 

Desde mi humilde (incluso puede que alguien piense que ignorante, puede ser) situación y opinión, me planteo lo complicado que debe ser, si nos ocurriera de nuevas una situación que nos privase de algún sentido que hemos estado acostumbrados a tener (o incluso cualquier miembro del cuerpo), el esfuerzo que nos supondría buscarnos herramientas o recursos para poder hacer algo tan normal como leer, escuchar música, ver la tele, pasear, etc. No por lo que un@ mism@ tenga que aprender (que se aprende), sino porque el resto de la sociedad tampoco lo tiene aprendido, o no está acostumbrada, y por eso se dificulta el feedback o la comunicación. Puede que en grandes capitales sí, pero en los medios rurales incluso sería más complicado, no hay tantos casos, tantas opciones, asociaciones, apoyos, recursos, facilidades, accesibilidad urbana, etc. lo cual no significa una renuncia  ni que sea imposible. Pero, a lo que voy, es a que apoyo cualquier iniciativa que suponga facilitarte o no ya facilitar, sino normalizar cualquiera de estas situaciones. Y por eso me ha gustado el detalle que han tenido en este vídeo, que además creo que se han trabajado otros detalles como la iluminación y color, la expresividad y el paralelismo, jugando con los ritmos y bailando con las notas de la canción, que crean una bonita y elegante armonía. 

A ver si os gusta tanto como a mí :)


martes, 14 de mayo de 2013

Decepción

En la vida hay algunos momentos en los que nos  sentimos decepcionados, sobretodo cuando se trata de personas (amigos, parejas, familiares...), de las que esperábamos algo, y al final no hemos obtenido ese algo, o hemos obtenido algo diferente, o prometieron algo y no lo cumplieron. O de fases, procesos, en los que tenemos expectativas muy altas, y luego no llegamos (superar un examen, llegar hasta algún sitio, etc.), nos decepcionamos a nosotros mismos, y eso hace que no nos gustemos, y que perdamos la confianza, entre otras cosas.

Por lo general, un pensamiento para anular esa "ilusión", es no esperar nada de nadie. Así, si ganamos algo bien, y si no, pues ya estábamos hecho a esa idea. De nuevo recuerdo la frase de mi padre "nunca te ilusiones demasiado con nada ni con nadie, pero tampoco te decepciones demasiado por nada ni por nadie", como si existiese una medida justa para equilibrar nuestras emociones y sentimientos, que son al fin y al cabo los que maximizan o minimizan el impacto o la reacción que podemos tener a raíz de un hecho que es objetivo en sí mismo, pero que lo subjetivamos, afecta a nuestro estado de ánimo, y esa experiencia de vida influye también en nuestro autoestima.

Aparte, aunque no esperemos nada de nadie, se da otra circunstancia que es que demos algo por supuesto, o que sea un hecho ya, algo que hemos tenido toda la vida, y de repente, da un giro abismal, 180 grados, nos pilla por sorpresa, se va, desaparece, nos falla...  (una muerte, un accidente, rachas, golpes de mala suerte, ausencias, distancias, una ruptura inesperada, algo que pensábamos que era verdad y ha sido mentira todo el tiempo, descubrir que no era un amigo/a de verdad...) Y nos decepcionamos con la vida en general, como si esperáramos otras cosas de ella... pero es absurdo luchar contra el tiempo y los contratiempos, y cosas o hechos ajenos en cualquier caso a nuestra voluntad.

Volvamos al tema principal. La decepción. ¿Qué sentimos cuando nos decepcionan? ¿Cómo nos encontramos cuando nos sentimos decepcionados? Tristeza, entre otras cosas. Mucha tristeza. Frustración e impotencia. Estupidez, quizás... por haber confiando, por haber esperado algo, por haber dado algo por supuesto, por haber creído que...
Ya sea que nos hemos decepcionado a nosotros mismos, o nos han decepcionado. Puede, que si nos piden perdón, o si nos perdonamos a nosotros mismos, se suavice un poco. Pero para eso, primero hay que sentirlo, pedirlo, y   concederlo...
Pero en ningún caso somos estúpidos/as por eso. Somos humanos. Podría aceptar humildes, o demasiado confiados, o pecar de ingenuos en exceso... Pero la idea de que somos estúpidos sólo nos cerrará puertas a nosotros mismos. Hay que borrarla, aunque al principio tengamos ese sentimiento, por la rabia.

Seguramente estamos tan sumidos en nuestras penas y tristezas, que no pensamos en que nosotros también podemos decepcionar a otras personas. Y ellas se sentirán igual de tristes (y el resto de sensaciones que hemos comentado) que cuando nosotros hemos experimentado una decepción. A veces lo hacemos sin querer, tampoco sabemos qué esperan de nosotros o de qué manera les ha podido afectar algo que no teníamos intención de que fuese malo para nadie. Igual de comprensivos/as debemos ser cuando alguien nos causa daño sin querer.

La decepción tiene fases, no soy profesional en estos términos, pero estoy segura. O tiene fases, o ella en sí misma en una fase dentro de otro proceso, como por ejemplo de aceptación.
Puede ser un estado prolongado, pero todo depende de la fortaleza con la que asumamos lo ocurrido. Llorar si hay que hay que llorar, o gritar para desahogarnos, ... nos haremos cuestiones de ¿por qué? ¿por qué a mí? ¿por qué esta persona...? incluso habrá quien maldiga, o se maldiga a sí mismo... Pero una vez descargados, tranquilos, y con el tiempo, aunque no perdonemos (que ese es otro asunto), asumiremos esa decepción como una lección más en nuestro camino, otra oportunidad, otro cambio, ... y cicatrizará, y seguiremos adelante.

No podemos vivir eternamente en la tristeza, ni en la ira, ni en el rencor, ni tampoco tener por norma o como escudo la idea de que todo el mundo nos puede decepcionar, o que podemos decepcionar a todo el mundo... aunque haya posibilidades u opciones de que nos ocurra alguna vez. Todos somos imperfectos, y hay que aprender a vivir con esas imperfecciones. No generalizar, dar nuevas oportunidades, limpiarnos espiritual o emocionalmente, y continuar el camino de la vida, con las sorpresas que nos depare, buenas y malas...






jueves, 9 de mayo de 2013

Un seiscientos hippie

Hace un par de días iba conduciendo sola por una carretera secundaria, ni siquiera nacional, una provincial. Estaba algo bacheada, muy remendada, con muchos parches de colores grises y negros en el asfalto por los remiendos hechos en distintas épocas, sin arcenes, con apenas algún camión en todo el trayecto...
Después de estar toda la mañana haciendo papeles (aunque siempre falte alguno), tarea que no suele ser muy agradable, me dirigía a comer a casa de una vieja amiga (que no es lo mismo que una amiga vieja, jeje) por ese atajo; nunca antes había ido por ese camino.
Mis gafas oscuras de sol resaltaban los tonos primaverales del paisaje, aunque parezca mentira. Llevo observando algunos días que la naturaleza nos ofrece en esta época del año tonos asombrosos de verdes y amarillos brillantes, sobretodo en los campos, aparte de la gran gama de color de las flores.
La carretera parecía un dibujo hecho con mina gorda en medio de la exhuberante flora, una inerte línea gris que partía en dos el paisaje vivo.
A lo lejos, diviso un vehículo blanco, pequeño, medio lento. Al principio dudo si es un seiscientos o es un citroen. ¡Un citroen! Lo reconozco perfectamente porque mi abuelo tenía uno azul clarito hace años... y mi memoria lo recuerda como parte de mi infancia. Conforme se iba acercando, mi cara iba esbozando una mueca sonriente y de cierto asombro, al ver que estaba todo ataviado con símbolos hippies y psicodélicos de paz y amor. ¡Cómo mola! - pensé.
¡Fue tan raro y tan maravilloso cruzarme con él! Fue una de esas cosas que no te esperas, que por esa carretera casi inhóspita pasara aquel ejemplar de coche antiguo, y más transmitiendo esa filosofía hippie o ese mensaje de paz y amor, jeje. Supongo que cabe perfectamente en "cosas que le hacen a uno sonreír".

Lazy lazy...

Hoy amanecí un poco perezosa... aunque lo cierto es que llevo arrastrando la pereza unos días, jeje. Pijamita y a estar por casa, sofá y manta, sueño largo, ... Más a gusto con los sueños, muchas veces, que con la realidad, aunque sea lo que nos toca, lo sé... Pero todos sabemos lo que es sentirnos un poco vaguetes algún dia... aunque sepamos que tenemos cosas que hacer, pero no nos apetece...
Entonces recordé esta canción. Su característico y simpático silbidito se pega al ritmo que movemos la cabeza. Lo más divertido para mí es todas las versiones que se han ido haciendo, de diferentes personas o grupos de personas, que se han animado a imitarlo.
La verdad es que para ser el vídeo oficial no tiene una excesiva calidad...
Vídeo Oficial Subtitulado - Bruno Mars, the lazy song

Y os dejo alguna versión, podéis buscar más si os queréis entretener un poquito, son muy "monas", y hay para todos los gustos.


"Hoy no me siento con ganas de hacer nada... Lo único que quiero es estar en la cama... No quiero contestar al teléfono, así que deja un mensaje en el contestador, porque hoy no tengo ganas de hacer nada..."